A comienzos del presente siglo se puso en marcha la rehabilitación del edificio, hasta llegar al resultado final de un hotel con encanto de tres estrellas ambientado en estilo tradicional andaluz. De hecho, los nombres de las diez habitaciones con que cuenta corresponden a localidades de la comunidad autónoma.
Además de la recepción y el patio, la planta baja cuenta con un spa y centro hidrotermal, mientras que la primera y la segunda planta albergan respectivamente cinco habitaciones, de sólo dos plazas cada una aunque de gran amplitud. En la terraza semicubierta se sitúa el restaurante que cuenta con un espacio cerrado de grandes ventanales y otro abierto con espléndidas vistas del casco antiguo, incluyendo el Ayuntamiento y la Iglesia de la Encarnación y como no podía faltar en Almuñecar, la Mar.